viernes, 20 de junio de 2008

Carta abierta de Evo Morales a propósito de la "directiva retorno" de la UE

Portada :: Bolivia

12-06-2008
Carta abierta de Evo Morales a propósito de la "directiva retorno" de la UE
Evo Morales Ayma
Bolpress
Hasta finales de la Segunda guerra mundial, Europa fue un continente de emigrantes. Decenas de millones de Europeos partieron a las Américas para colonizar, escapar de las hambrunas, las crisis financieras, las guerras o de los totalitarismos europeos y de la persecución a minorías étnicas. Hoy, estoy siguiendo con preocupación el proceso de la llamada "directiva retorno". El texto, validado el pasado 5 de junio por los ministros del Interior de los 27 países de la Unión Europea, tiene que ser votado el 18 de junio en el Parlamento Europeo. Siento que endurece de manera drástica las condiciones de detención y expulsión a los migrantes indocumentados, cualquiera sea su tiempo de permanencia en los países europeos, su situación laboral, sus lazos familiares, su voluntad y sus logros de integración. A los países de América Latina y Norteamérica llegaron los europeos, masivamente, sin visas ni condiciones impuestas por las autoridades. Fueron siempre bienvenidos, Y. lo siguen siendo, en nuestros países del continente americano, que absorbieron entonces la miseria económica europea y sus crisis políticas. Vinieron a nuestro continente a explotar riquezas y a transferirlas s Europa, con un altísimo costo para las poblaciones originales de América. Como en el caso de nuestro Cerro Rico de Potosí y sus fabulosas minas de plata que permitieron dar masa monetaria al continente europeo desde el siglo XVI hasta el XIX. Las personas, los bienes y los derechos de los migrantes europeos siempre fueron respetados. Hoy, la Unión Europea es el principal destino de los migrantes del mundo lo cual es consecuencia de su positiva imagen de espacio de prosperidad y de libertades públicas. La inmensa mayoría de los migrantes viene a la UE para contribuir a esta prosperidad, no para aprovecharse de ella. Ocupan los empleos de obras públicas, construcción, en los servicios a la persona y hospitales, que no pueden o no quieren ocupar los europeos. Contribuyen al dinamismo demográfico del continente europeo, a mantener la relación entre activos e inactivos que vuelve posible sus generosos sistemas de seguridad social y dinamizan el mercado interno y la cohesión social. Los migrantes ofrecen una solución a los problemas demográficos y financieros de la UE. Para nosotros, nuestros migrantes representan la ayuda al desarrollo que los Europeos no nos dan - ya que pocos países alcanzan realmente el mínimo objetivo del 0,7% de su PIB en la ayuda al desarrollo. América Latina recibió, en 2006, 68.000 millones de dólares de remesas, o sea más que el total de las inversiones extranjeras en nuestros países. A nivel mundial alcanzan 300.000 millones de dólares, que superan a los 104.000 millones otorgados por concepto de ayuda al desarrollo. Mi propio país, Bolivia, recibió mas del 10% del PIB en remesas (1.100 millones de dólares) o un tercio de nuestras exportaciones anuales de gas natural. Es decir que los flujos de migración son benéficos tanto para los Europeos y de manera marginal para nosotros del Tercer Mundo ya que también perdemos a contingentes que suman millones de nuestra mano de obra calificada, en la que de una manera u otra nuestros Estados, aunque pobres, han invertido recursos humanos y financieros. Lamentablemente, el proyecto de "directiva retorno" complica terriblemente esta realidad. Si concebimos que cada Estado o grupo de Estados puede definir sus políticas migratorias en toda soberanía, no podemos aceptar que los derechos fundamentales de las personas sean denegados a nuestros compatriotas y hermanos latinoamericanos. La "directiva retorno" prevé la posibilidad de un encarcelamiento de los migrantes indocumentados hasta 18 meses antes de su expulsión -o "alejamiento", según el término de la directiva. ¡18 meses! ¡Sin juicio ni justicia! Tal como esta hoy el proyecto de texto de la directiva viola claramente los artículos 2, 3, 5, 6, 7, 8 y 9 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. En particular el artículo 13 de la Declaración reza: "1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. 2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país".Y, lo peor de todo, existe la posibilidad de encarcelar a madres de familia y menores de edad, sin tomar en cuenta su situación familiar o escolar, en estos centros de internamientos donde sabemos ocurren depresiones, huelgas de hambre, suicidios. ¿Cómo podemos aceptar sin reaccionar que sean concentrados en campos compatriotas y hermanos latinoamericanos indocumentados, de los cuales la inmensa mayoría lleva años trabajando e integrándose? ¿De qué lado esta hoy el deber de ingerencia humanitaria? ¿Dónde está la "libertad de circular", la protección contra encarcelamientos arbitrarios?Paralelamente, la Unión Europea trata de convencer a la Comunidad Andina de Naciones (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú) de firmar un "Acuerdo de Asociación" que incluye en su tercer pilar un Tratado de Libre Comercio, de misma naturaleza y contenido que los que imponen los Estados Unidos. Estamos bajo intensa presión de la Comisión Europea para aceptar condiciones de profunda liberalización para el comercio, los servicios financieros, propiedad intelectual o nuestros servicios públicos. Además a título de la protección jurídica se nos presiona por el proceso de nacionalización del agua, el gas y telecomunicaciones realizados en el Día Mundial de los Trabajadores. Pregunto, en ese caso ¿dónde está la "seguridad jurídica" para nuestras mujeres, adolescentes, niños y trabajadores que buscan mejores horizontes en Europa? Promover la libertad de circulación de mercancías y finanzas, mientras en frente vemos encarcelamiento sin juicio para nuestros hermanos que trataron de circular libremente. Eso es negar los fundamentos de la libertad y de los derechos democráticos.Bajo estas condiciones, de aprobarse esta "directiva retorno", estaríamos en la imposibilidad ética de profundizar las negociaciones con la Unión Europea, y nos reservamos del derecho de normar con los ciudadanos europeos las mismas obligaciones de visa que nos imponen a los Bolivianos desde el primero de abril de 2007, según el principio diplomático de reciprocidad. No lo hemos ejercido hasta ahora, justamente por esperar buenas señales de la UE.El mundo, sus continentes, sus océanos y sus polos conocen importantes dificultades globales: el calentamiento global, la contaminación, la desaparición lenta pero segura de recursos energéticos y biodiversidad mientras aumenta el hambre y la pobreza en todos los países, fragilizando nuestras sociedades. Hacer de los migrantes, que sean documentados o no, los chivos expiatorios de estos problemas globales, no es ninguna solución. No corresponde a ninguna realidad. Los problemas de cohesión social que sufre Europa no son culpa de los migrantes, sino el resultado del modelo de desarrollo impuesto por el Norte, que destruye el planeta y desmiembra las sociedades de los hombres.A nombre del pueblo de Bolivia, de todos mis hermanos del continente regiones del mundo como el Maghreb, Asia y los países de Africa, hago un llamado a la conciencia de los líderes y diputados europeos, de los pueblos, ciudadanos y activistas de Europa, para que no se apruebe e1 texto de la "directiva retorno". Tal cual la conocemos hoy, es una directiva de la vergüenza. Llamo también a la Unión Europea a elaborar, en los próximos meses, una política migratoria respetuosa de los derechos humanos, que permita mantener este dinamismo provechoso para ambos continentes y que repare de una vez por todas la tremenda deuda histórica, económica y ecológica que tienen los países de Europa con gran parte del Tercer Mundo, que cierre de una vez las venas todavía abiertas de América Latina. No pueden fallar hoy en sus "políticas de integración" como han fracasado con su supuesta "misión civilizatoria" del tiempo de las colonias.Reciban todos ustedes, autoridades, europarlamentarios, compañeras y compañeros saludos fraternales desde Bolivia. Y en particular nuestra solidaridad a todos los "clandestinos".Evo Morales AymaPresidente de la República de Bolivia_______________________Esta carta del Presidente Evo Morales está siendo traducida a diversas lenguas por los traductores de Tlaxcala. Se ruega difundir.Italiano (Manuela Vittorelli): http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=5315&lg=itInglés (Machetera): http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=5316&lg=en
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domingo, 15 de junio de 2008

Despues de la sentencia

Después de la sentencia

Por: Rodolfo Dávalos
Correo: digital@jrebelde.cip.cu
15 de junio de 2008 00:49:23 GMT
Una ola de preguntas se levanta aquí y allá, después de la sentencia dictada el pasado 4 de junio por los tres jueces que resolvieran el recurso planteado por los abogados de los Cinco ante el Onceno Circuito de Apelación en Atlanta. En el aula, en el trabajo, en la calle, en el agro, o en la reunión donde menos uno se lo espera, surge la interrogante que tiene su origen en la preocupación de nuestro pueblo por el destino de los cinco patriotas injustamente presos en cárceles norteamericanas.
¿Qué va a pasar ahora? ¿Qué significa la sentencia? ¿Que viene después? ¿Por qué hay que volver de nuevo a la misma jueza en Miami? Son las preguntas más recurrentes. Trataré brevemente de contestar algunas.
La anulación de las condenas impuestas a Ramón, Tony y Fernando, significa, jurídicamente hablando, que el proceso para ellos tres se retrotrae al momento de la infracción cometida por la jueza en Miami, que es causa de la nulidad apreciada por los jueces de Atlanta; por eso la sentencia es revocada y debe dictarse una nueva. Han quedado sin condenas impuestas, y como quiera que fueron declarados «culpables» por aquel jurado prejuiciado constituido en Miami (único lugar de Estados Unidos, más bien del mundo, donde el juicio nunca debió celebrarse) pues es necesario volver a «sentenciarlos», y para ello la causa debe volver a la misma jueza (Joan Lenard) que conociera del caso.
De ella no es de esperar benevolencia, ni siquiera justicia. «Por sus hechos los conoceréis»..., nos recuerda el Evangelio, y ya la conocemos. Pero no puede volver a imponer las mismas condenas, no puede volver a incurrir en otra violación. Deberá atenerse a la Ley y a la guía de sentencias, que hizo trizas en su anterior sentencia. Se expone no solo a una llamada de atención por autoridades judiciales en caso de una nueva apelación por los posibles errores reiterados en que vuelva a incurrir, sino también a la «rechifla», al repudio y la denuncia de todos los que siguen atentos el desarrollo de este injusto e inusual proceso judicial lastrado por el odio e intereses políticos.
También, jurídicamente hablando la sentencia dictada tiene dos vías de apelación. Una, ante el Pleno del Onceno Circuito de Atlanta. El «recurso» conocido como «En Ban» en el sistema judicial norteamericano, pues debe su nombre a «sentar en la banca» a todos los jueces que integran el Circuito (doce) para conocer y resolver sobre los puntos cuestionados en el recurso. Fue la vía utilizada por la Fiscalía para impugnar aquella sentencia del 9 de agosto de 2005 que dispusiera la nulidad del proceso por falta de un jurado imparcial.
La otra, es reclamar un «mandato de certiorari» de la Corte Suprema de Estados Unidos. La ley autoriza el uso de la orden de certiorari (o cert, del latín «ser informado»), por la cual la Corte Suprema instruye a una Corte inferior que certifique y transmita para su revisión el historial de un caso determinado, cuando así lo considere luego de examinar la solicitud de cualquier parte en un litigio o causa criminal que se sienta agraviada por la decisión final de una Corte inferior, bien sea un Circuito de Apelaciones en los casos federales (como este), o una Corte Suprema de un Estado, en los casos de la justicia estadual.
Los abogados estudian detenidamente estas vías, sus «pro» y sus «contra» y sabrán seguir el camino más conveniente, de acuerdo con la vasta experiencia que acumula el equipo de la defensa de los Cinco.
Mientras tanto, la vía más fuerte, la más segura, la que no puede decaer ni un minuto es la de la solidaridad, la del rechazo a la injusticia e ilegalidad, a la venganza política, esa que también como una ola gigantesca se levanta por doquier. Todos los días nos llegan noticias de las protestas y críticas no solo de los grupos de solidaridad con Cuba y los Cinco, sino de organizaciones de abogados, intelectuales, artistas, estudiantes universitarios, trabajadores, y todos aquellos que levantan su voz contra la injusticia en cualquier parte del mundo. Esta es tarea de todos y es la que puede llegar hasta las entrañas del pueblo norteamericano y abrir los ojos a los hombres justo de esa nación.
Los Cinco no están presos por cometer delitos comunes o políticos. Los Cinco están presos por defender a su pueblo de la agresión terrorista, y con ello defienden también la causa de la humanidad. Cualquier cubano puede deberle la vida a los Cinco, o la de un ser querido. Igual puede decirse incluso del pueblo de Estados Unidos, que no tiene esa conciencia, pues no tiene la información necesaria, que bloquean los poderosos medios de comunicación, y no conocen siquiera que su propio país ha sido, después de Cuba, el país más afectado por esas acciones terroristas fraguadas y financiadas desde Estados Unidos.
Por eso en este junio del natalicio de Maceo y del Che, de Gerardo y de Ramón, vienen muy bien las palabras de ese «quijote» argentino que nos describe Stella Calloni en su carta a Fidel publicada en el día de ayer, cuando dice: «Un hombre solo necesita ser justo para estar en todas las peleas por la justicia».
Ese hombre justo ha de unirse a esta lucha, dondequiera que esté, y habremos de llevarla hasta la victoria final.
Hoy es Día de los Padres, llegue nuestra felicitación a todos los justos, y, en especial, con los mejores votos por su salud, al más justo entre los justos, al «Padre de la Patria Nueva», la que ha sabido forjar en la lucha, la que se esfuerza en formar valores, la que ha podido engendrar hijos justos como los médicos internacionalistas que regresaron de Sichuan o los que siguen en cualquier lugar apartado del mundo, o como los maestros que llevan el pan de la enseñanza más allá de las fronteras. Esa Patria que se esfuerza, en medio de un mundo globalizado y cada vez más inhumano, en mantener los valores que dignifican al hombre. La que tiene hijos como los Cinco.