miércoles, 22 de julio de 2009

El Acuerdo de San José. Una mancha para Honduras

22 de julio del 2009
Manuel Alberto Leyva

El famoso Acuerdo de San José que hoy presenta el presidente hondureño Oscar Arias es la claudicación completa de Zelaya. Arias es premio Nóbel de la Paz en 1987. Su mérito según la derecha fue alcanzar la paz en Centroamérica, la realidad fue que enterró los movimientos de izquierda que no habían podido ser destruidos por la vía militar ni por las dictaduras ni por los gobiernos de derecha. Ir a la vida política también significó que se asesinaran a los líderes que depusieron las armas.
Ejemplos honorables de Nóbel fueron el Comité Internacional de la Cruz Roja en 1944,la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en 1954, Martin Luther King en 1964,la UNICEF en 1965, la madre Teresa de Calcuta en 1979, Adolfo Pérez Esquivel en 1980, la Asociación de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear en 1985, Rigoberta Menchú en 1992, Nelson Mandela en 1993, Yasser Arafat en 1994, el ex presidente Jimmy Carter en 2002, Al Gore y el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático.
Pero también este premio se ha entregado a guerreristas como Theodore Roosevelt en 1906, el autor y ejecutor de la doctrina del Gran Garrote, Henry Kissinger en 1973 que fomentó la ola de golpes de estado en América Latina y los apoyó directamente, fomentándose la guerra civil en Latinoamérica , el mismo año del golpe de estado al presidente Salvador Allende, se ha prestado para motivaciones políticas en el ataque a la Unión Soviética como fue el caso de Andréi Sájarov a quien se le pudo otorgar tal vez el premio en física pues fue un físico brillante, pero al ser disidente del sistema soviético se ganó inmediatamente el de la paz, o el caso de Mijaíl Gorbachov a quien le entregan el premio en 1990 como reconocimiento a su papel en la desaparición de la Unión Soviética . En fin, tener el Nobel no lo convierte necesariamente en un hombre de paz.
Si Zelaya acepta estos puntos podemos los revolucionarios del mundo mandarlo al basurero de la historia. Todos debemos estar claros que Zelaya es solo un instrumento de la historia, que ha jugado un papel importante en darle a su pueblo algunas conquistas, en desarrollar una postura progresista. Pero su formación ideológica es de derecha, liberal nunca será sinónimo de revolucionario, todo lo contrario. Ya antes había aceptado las propuestas que Arias presentó el sábado pasado. Estas lo humillaban, y desmotivaban al pueblo hondureño que lucha en las calles por su retorno, pero también por la posibilidad de transformar a Honduras, por la Asamblea Constituyente. Seguir dando plazos y retardando las negociaciones va en el camino de desgastar las movilizaciones. Esta es una propuesta inaceptable, incluso más que la del sábado 18 de agosto.
Imponer como lo intenta Arias la eliminación de cualquier posibilidad de convocar a una consulta, o a una constituyente (la principal batalla a conquistar), renunciar a juzgar a golpistas que ya han bañado en sangre al pueblo hondureño y pisoteado la cacareada democracia burguesa, que Zelaya convoque al pueblo, que ha estado marchando y exigiendo su retorno, a la pacificación y la desmovilización, son inaceptables.
Negociar con los golpistas ya fue reconocerlos, fue un error estratégico y político tremendo. El deseo demostrado de los EEUU de que se aceptara la propuesta de Arias y las reales presiones de Clinton a Micheletti para que asumiera esta, dan una idea de hasta que punto la derecha está disfrutando de la propuesta de este falso mediador.
Hoy se pide el retorno de Zelaya en medio de disímiles condiciones, cuando todas las organizaciones internacionales y regionales se pronunciaron por su retorno incondicional. La mediación de Arias también fue desconocer a la ONU y la OEA que se manifestaron por el retorno a la legalidad, la constitucionalidad y contra el golpe de estado. Es como pedir perdón por intentar hacer la consulta, pedirles perdón y premiar a los que lo expulsaron en pijama del gobierno de su país. El famoso gobierno de reconciliación es en si un premio a los golpistas. La famosa amnistía no solo es para los supuestos delitos cometidos por Zelaya, también para los que cometieron el golpe de estado, e incluso llega al absurdo de prohibir realizar en el futuro cualquier juicio a los golpistas. Y si Zelaya, en medio de tantos condicionamientos y mordazas decide en un futuro iniciar algún juicio contra los golpistas, pues sería sancionado y juzgado. Restituir a los violadores del derecho internacional y hondureño a sus puestos, e incluso asignarles ministerios y secretarías es lo más absurdo que puede verse en la diplomacia mundial.
Adelantar las elecciones no significa nada, tal vez eliminar la posibilidad de que un candidato asuma ahora la batalla electoral por una Honduras nueva, y que solo se decida la elección de noviembre entre candidatos del Partido Liberal y el Partido Nacional, los mismos de siempre. Patricia Rodas, Xiomara Castro de Zelaya, Rafael Alegría u otro posible líder estarían excluidos del ruedo electoral, también posibilita al Tribunal Electoral (también golpista) que adelante las elecciones, con lo que reducen el tiempo de los golpistas sometidos hoy a presión y el futuro reconocimiento de la comunidad internacional.
Tamaña mentira solo puede salir de los labios de un golpista” el pueblo de honduras está unido”. ¿Dónde están los miles que desde hace casi un mes marchan por las calles de Morazán?
Nadie puede aceptar esta propuesta, hacerlo sería regalarles a los golpistas la Honduras que resiste. Luchemos todos juntos a Zelaya mientras luche y resista por su pueblo. La batalla una vez más se reafirma que se decide por los propios hondureños, el paso del tiempo solo prolonga el sufrimiento, la ilegalidad y el desgaste de los que luchan por otra Honduras. El ascenso de la derecha en América Latina por la vía electoral o por la vía golpista, ya está produciendose. Constituyente si, lo demás es accesorio.